Mientras que es relativamente frecuente encontrar falsos diagnósticos de TDAH en niños, la mayoría de adultos que padecen este trastorno, están sin diagnosticar, por lo que lo sufren además creyendo que los síntomas son características suyas personales, algo que puede dañar seriamente su autoestima y les hace vivir con un cierto sentimiento de inferioridad.

Muchos padres, al recibir información relativa al TDAH de sus hijos, se ven a sí mismos reflejados en los síntomas y con esta sospecha llegan hasta el profesional que finalmente les diagnostica.

Y en cuanto a diagnósticos se refiere siempre recomiendo ser muy prudentes, pues he conocido muchos niños «acomodados» en su TDAH, que justifican todo (sus malas notas, sus malas reacciones, etc.) detrás de la sintomatología del trastorno. También los he conocido avergonzados de esa etiqueta, con miedo a verse diferentes de los otros chavales y negándose a aceptar las ayudas que los docentes les ofrecen. Sin embargo, el caso de los adultos suele ser radicalmente diferente. Tras toda una vida de sentirse criticados, culpables e incapaces de cambiar, por fin, encuentran no sólo una explicación, sino un amplio abanico de soluciones a su alcance. Aquello que suponía tanto esfuerzo pasa a ser más sencillo de llevar.

Es por esto que, si al contestar las siguientes preguntas te sintieras identificado, no dudes en consultar con un especialista, pues es seguro que te puede ayudar. Independientemente de los resultados del cuestionario*, si tienes alguna duda sobre los síntomas o el tratamiento del TDAH habla con un profesional de la salud mental.

Piensa si lo que se expone a continuación te ha ocurrido  durante al menos los últimos 6 meses:

  1. ¿Tienes con frecuencia dificultad para acabar los detalles finales de un trabajo o proyecto, una vez has terminado con las partes principales?
  2. ¿Tienes dificultad para ordenar las cosas cuando estás realizando una tarea que requiere organización?
  3. ¿Tienes con frecuencia problemas para recordar citas u obligaciones?
  4. Cuando tienes que realizar una tarea que requiere pensar mucho, ¿con frecuencia evitas o retrasas el empezarla?
  5. ¿Mueves continuamente o retuerces las manos o los pies cuando tienes que permanecer sentado mucho tiempo?
  6. ¿Te sientes con frecuencia demasiado activo o impulsado a hacer cosas, como si te empujase un motor?

Responder afirmativamente a 4 o más de estas preguntas indica que tus síntomas pueden ser compatibles con los del TDAH del adulto, por lo que te recomendamos que cojas cita para que un profesional lo valore.

*Cuestionario basado en el Cuestionario Autoinformado de cribado del adulto-V1.1 (ASR-V1.1) de la Entrevista diagnóstica internacional compuesta de la OMS

Isabel Moya Sánchez                                                                                                         Psicóloga y Asesora Educativa                                                                                                   Col. nº CV-9127