Cuando se tiene un embarazo deseado, es común experimentar una variedad de emociones como: alegría, satisfacción, sentimientos de logro y éxito, pero a la vez, miedo y preocupación por el bienestar del futuro bebé y el desarrollo del embarazo.

Estos miedos y preocupaciones tienen varios niveles de intensidad. En los niveles más elevados se pueden manifestar a través de problemas de insomnio, pesadillas, estrés y/o ansiedad. Mientras que en los niveles más bajos, suelen aparecer a través pensamientos recurrentes y/o conductas de comprobación (como acudir varias veces al aseo para comprobar si hay sangrado). Estos sentimientos pueden afectar de igual forma a hombres y a mujeres, y aparecen, sobre todo, durante el primer trimestre de embarazo. Estas preocupaciones aumentan en los casos de parejas que han tenido problemas de fertilidad y en los casos de embarazos múltiples.

Cuando se desea tanto un hijo, los sentimientos de amor y protección se experimentan incluso antes de haberlo concebido. Durante el embarazo, estos sentimientos van aumentando, y de ahí que aparezca ese miedo a que surja alguna dificultad. Además, conforme se va acercando la fecha del parto, tanto hombres como mujeres, experimentan nerviosismo, preocupación, e incertidumbre. También, suelen aparecer dudas sobre la capacidad de ser padres y madres, de cómo afrontar todos los cambios que supone el nacimiento de un hijo, de la alimentación y cuidado del recién nacido, la educación, etc.

¿Cómo conseguir bienestar emocional durante el embarazo?

Para conseguir bienestar emocional durante el embarazo y superar todos estos miedos es importante:

  1. Tener una buena comunicación con la pareja. Expresar sentimientos y emociones, ponerse en el lugar del otro, apoyarse mutuamente y mostrar afecto.
  2. Contar con el apoyo del personal sanitario para resolver dudas y recibir información sobre la evolución del embarazo.
  3. Practicar hábitos de vida saludables como, realizar ejercicio (siempre que no haya contraindicación médica) y llevar una alimentación sana.
  4. Buscar una red de apoyo entre amigos y familiares.
  5. Prever y planificar la adaptación a los cambios que se van a producir con el nacimiento del bebé.
  6. Centrarnos en los pensamientos y sentimientos positivos sobre el embarazo y el futuro bebé.
  7. Acudir a clases de preparación al parto, donde se comparten experiencias y se reduce la incertidumbre sobre el proceso del trabajo del parto.

Si a pesar de haber seguido estas indicaciones no te encuentras anímicamente bien, ten en cuenta que, por ejemplo, los niveles de cortisol en sangre generados en momentos de estrés lafectan directamente al feto, pudiendo alterar su desarrollo, por lo que lo más recomendable será que acudas a un especialista que te ayude a resolver el problema.