Por un momento te invito a que cierres los ojos y pienses como comías cuando eras pequeño, si lo hacías con tu familia, abuelos o incluso en el comedor del colegio. Si observamos que hacemos en la actualidad seguro que encontramos diferencias muy significativas.

El ritmo de vida actual hace que haya cambiado y hayamos reemplazado esas comidas en familia por distracciones tales como la televisión, móvil y por supuesto nuestro ritmo de trabajo que hace que pasemos allí cantidad de horas, entre ellas, la comida. Todo esto es inevitable y muy difícil de cambiar, pero sí podemos mejorar y hacer que nuestra salud y calidad de vida no se vean afectadas, tanto la nuestra como la de los más pequeños de la casa.

¿Qué podemos cambiar o mejorar?

Una medida o hábito que podemos adoptar es comer en familia, si el trabajo no nos lo permite a diario, vamos a hacerlo los días que tengamos esa posibilidad y es que, comer todos juntos ayuda a que nuestros hijos coman más sano y, lo más importante, ayuda a prevenir la obesidad.

Las comidas en familia mejoran la alimentación, exponiendo a los niños a una mayor variedad de alimentos y menor consumo de refrescos y tentempiés.

Mejoran la salud emocional y las relaciones. Compartir momentos juntos en la mesa hace que las familias estén más unidas y los niños emocionalmente también están más contentos. Unido a un mayor esfuerzo en el trabajo escolar y, especialmente, a estrechar vínculos con los padres.

Además, estas comidas en familia también mejoran el aprendizaje, ya que es el momento ideal para contar historias y compartir experiencias.

 

 Consejos prácticos para organizar comidas familiares:

  • Planificar las comidas. Este paso es fundamental para evitar “la improvisación”. Hacer una lista de la compra, organizar menús y tener siempre platos o comida lista es una buena idea para que tengamos siempre opciones saludables.
  • Haz participe a toda la familia. Haz que tus hijos colaboren, a los niños les encanta aprender cosas nuevas. Además, de esta manera es probable que ellos mismos intenten comer y probar nuevos alimentos si ayudan en su elaboración.
  • Disfrutar de la comida en la familia. Evitar distracciones tales como la televisión. Vamos a concentrarnos en la conversación, a contar historias y sobre todo vamos a disfrutar de la comida.

El ambiente familiar es clave para el aprendizaje de unos buenos hábitos alimentarios en los niños. Es mucho más sano y divertido compartir con ellos estos momentos tan agradables.