El pasado miércoles, en nuestra sesión de habilidades sociales, Luís, María y Viktor resumieron de la siguiente forma el perfil típico de lo que los psicólogos llamamos «los 3 estilos de interacción social». Identificar como nos comportamos es el primer paso para superar las dificultades en la relación con los demás.

Dragones, ratones y seres humanos auténticos. Cómo se comporta tu hijo?

PERSONAS RATÓN

Qué piensan: Que nadie quiere ser sus amigos, creen que no valen para nada, no tienen derecho a hablar, que los demás siempre tienen razón…
Qué sienten: Sienten miedo, se sienten amenazados, se sienten inseguros, se sienten avergonzados, nerviosos…
Cómo actúan: Se esconden, se callan, ceden mucho, dicen a todo que sí…

Luís.

PERSONAS-DRAGÓN

Qué piensan: Los demás tienen que hacer lo que ellos quieren, la culpa de sus problemas es siempre de los demás, piensan que ellos siempre tienen razón…
Qué sienten: Se sienten poderosos, superiores, fuertes, enfadados (se enfadan fácilmente), se sienten luchadores (son muy peleones)…
Cómo actúan: Insultan, abusan de otras personas débiles, son auténticos mandones, dicen las cosas gritando (bordes)…

María.

SERES HUMANOS AUTÉNTICOS

Qué piensan: Que todos tienen los mismos derechos, siempre tienen derecho a equivocarse, toman sus propias decisiones…
Qué sienten: Se sienten felices, divertidos, tranquilos, amigables, colaboradores, orgullosos…
Cómo actúan: Con respeto, con valentía, con decisión, con amabilidad, superan los obstáculos…

Viktor.

Te proponemos que se los expliques a tus hijos (este esquema es perfecto entre los 6 y los 12 años) y a partir de ahora juguéis a «pillar» a la gente o a sí mismos comportándose como Personas-Dragón, Personas-Ratón o como Seres Humanos Auténticos.

Siguiendo también lo que Luís, María y Viktor ya hacen habitualmente, enséñales a distinguir entre «lo que pensamos», «lo que sentimos» y «lo que hacemos», así aprenderán que no los los demás o las situaciones las que nos hacen sentirnos mal o comportarnos mal, sino lo que pensamos sobre esa situación, nuestra interpretación particular de lo que sucede. En resumen, no es lo que nos pasa, sino lo que pensamos que nos pasa.